Aunque pueda parecer lo contrario, todo lo que tiene que ver con el hogar cambia a un ritmo muy elevado. Lo que ayer era tendencia hoy no lo es y, del mismo modo, lo que hoy no tiene cabida, el día de mañana es un imprescindible. Sin embargo, si hay una manera de entender la decoración de una casa, sea cual sea las dimensiones de esta, que nunca pasa de moda, es la minimalista. Una tendencia, que para muchos es una filosofía de vida y que se sustenta en unos pilares muy concretos.

¿Cómo acercarse al minimalismo?

Antes de nada hay que decir que el minimalismo es un estilo en el que únicamente hay que mantener aquello que es estrictamente necesario. De ahí la importante de saber combinar colores, mobiliario y diseños.

Solo muebles funcionales. Hablar de minimalismo es hablar de un mobiliario mínimo. Es más, aquellos muebles que decidan incorporarse al conjunto deben ser lo más funcionales posibles. Con esto lo que se quiere decir es que se debe contemplar la posibilidad de que un mueble pueda tener varios usos.

Deja atrás los elementos decorativos. Según la filosofía minimalista, los elementos decorativo restan energía a la estancia por lo que hay que obviarlos en la medida de lo posible. De hecho, la decoración dentro de esta tendencia, debería ceñirse exclusivamente a algún que otro cuadro, sin más.

La importancia de los colores. Pero el minimalismo no es solo una tendencia en cuanto a decoración se refiere. No se limita a tener pocas cosas sin motivo. La razón es permitir a la energía del hogar que fluya de una manera más óptima. De evitar que las personas que viven ahí no hagan otra cosa que ver pertenencias. Por eso los colores son tan importantes. Unos colores que tienen que ser cálidos de manera que potencien la tranquilidad.