Dormir bien depende de muchos factores. Sin embargo, uno de los elementos que marca la diferencia entre un buen descanso y pasar la noche sin pegar el ojo, es la almohada. Por ello, es importante saber elegir el modelo más indicado.

En la actualidad, gracias al avance de la tecnología es posible conseguir todo tipo de almohadas que se ajustan a las necesidades de cada persona. Desde almohadas anti ronquidos y almohadas frías, hasta almohadas de agua. Cada una está diseñada para aliviar dolores y ofrecer soporte específico según se requiera.

¿Qué almohadas te pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño?

Aunque puede haber otros tipos, estos 3 son algunos de los más indicados para tener un sueño reparador.

Almohadas frías

También conocidas como almohadas de gel, son recomendadas por los especialistas de la salud para las personas que sufren de calor durante la noche. Estas almohadas tienen un gran parecido a las viscoelásticas. La diferencia se encuentra en que se les añade una fina capa de relleno de gel que proporciona una temperatura baja y fresca para disipar el calor corporal.

Almohadas de agua

Este tipo de almohada es muy popular entre las personas que sufren dolores en la espalda o el cuello, ya que por su material y contenido, son capaces de ajustarse a cualquier postura pero sin perder la firmeza necesaria para no comprometer la columna vertebral. Asimismo, son de fácil y sencillo mantenimiento.

Almohadas antirronquidos

Estas almohadas constituyen una alternativa ortopédica y ergonómica para combatir los ronquidos por las noches. En el mercado están disponibles en una gran variedad de diseños y modelos. Son conocidas por brindar un soporte especial a la cabeza, con lo cual mejora el proceso respiratorio y previene los molestos y ruidosos ronquidos. Gracias a las características y diseños especiales de estas almohadas, es posible alcanzar un sueño reparador por las noches.

Las almohadas son unos elementos que se adaptan a las necesidades de cada persona y ofrecen mayor calidad de vida.