A la hora de amueblar o querer diseñar el cuarto de un niño hay varios factores que debemos tener en cuenta, pues estas acciones son para que se queden durante muchos años.

Ante todo, seguridad.

Las primeras disposiciones que deben tomarse conciernen a la seguridad. En el caso de que la familia viva en un apartamento situado en una planta muy alta del edificio, se tendrá en cuenta, en primer lugar, el peligro que representa la ventana y para ello podemos instalar una reja con barrotes, de este modo podemos dejar abiertas las ventanas en verano sin que nuestro hijo corra peligro alguno.

Espacio para todo

Puesto que la habitación del niño constituye una especie de mundo aparte, deberá ser proyectada como un espacio sin tabiques, en el que diversas zonas especializadas responderán a sus peculiares funciones. Estos sectores como es natural, están en estrecha relación entre si, pero sus cualidades, formas, luces, revestimientos, etc…

Juegos de sombras y luces.

El cuarto de los niños ha de ser tan grande como sea posible, si es ancho podrá estar bien iluminado, siempre que la abertura de la ventana sea lo suficiente amplia. Los niños necesitan mucha luz, les es indispensable para su desarrollo, su equilibrio depende de ello, y si la luz es escasa su vista puede verse afectada.

Usar materiales resistentes

En cuanto a los materiales que se destinan a amueblar y decorar los cuartos de los niños, se les exige toda clase de buenas cualidades: belleza, resistencia al uso continuado y, en particular, que el lavado y limpieza de las manchas sea un trabajo fácil. No se deben de utilizar moquetas y revestimientos de colores demasiado claros.