¿Alguna vez te has despertado con la sensación de haber sobrevivido a una batalla campal contra tus propias sábanas, cojines y mantas?

Ese desorden de cojines apilados, mantas desordenadas y sábanas arrugadas puede robar tu paz y evitar que tengas un descanso reparador. Pero ¿y si te dijera que hay una forma de transformar tu espacio en un oasis de paz y orden? Apuesta por el minimalismo, una filosofía que aboga por la simplicidad y la funcionalidad como pilares del bienestar.

 

Descubre estos consejos para una decoración minimalista. ¿Cuántos de estos conocías?

 

Claves para una cama minimalista.


Menos es más: La esencia del minimalismo reside en la simplicidad. Elimina todos aquellos elementos superfluos y apuesta por un espacio despejado que te invite a la tranquilidad. Al final, tu cama debe ser un refugio donde te sientas libre de distracciones y así poder descansar profundamente.

 

Colores: No nos engañemos, llega un momento en la vida en el que debes elegir que color de sábanas comprar, blancas o negras o espera…Si hay cien colores más. Opta por una paleta de colores neutros y atemporales como blanco, beige, gris o negro. Estos tonos te brindarán una sensación de paz y serenidad, creando un ambiente ideal para el descanso.


Texturas: ¿Que sentirías si abrazaras una nube sin forma ni consistencia? En efecto, nada. Imagínate la decepción de llegar de un día largo y acurrucarte con algo que se siente más como un globo desinflado que como una suave y reconfortante almohada. Apuesta por texturas naturales como la suavidad del algodón, la frescura del lino, el calor de la lana…Tu cama se convertirá en un santuario de comodidad y tranquilidad

 

Materiales: Sube de nivel. Dale una oportunidad a materiales nobles y sostenibles que respiren y sean agradables al tacto. Esta mezcla de materiales te brindarán una experiencia de descanso única y contribuirán al cuidado del medio ambiente.

 

Must Have de elementos que necesita tu cama.

 

Ropa de cama: Ah, la ropa de cama, el lienzo en blanco sobre el que pintarás tu obra maestra minimalista. Opta por tejidos naturales, colores neutros y líneas sencillas. Unas sábanas de algodón percal, un edredón blanco y un par de fundas de almohada a juego te brindarán un espacio de descanso elegante y minimalista.

Cojines y mantas: Aquí llega la parte divertida, vestir tu cama. ¡Menos es más, pero eso no significa que no puedas tener un poco de diversión! Usa pocos cojines y mantas de materiales naturales y colores sólidos que formen parte de la paleta de colores mencionada antes.

 

Cabecero: Ahora, hablemos del cabecero. Un simple panel de madera, un cabecero tapizado en tela neutral o incluso solo la pared pintada en un color cálido pueden ser suficientes para añadir ese toque de estilo sin exagerar.

 

Iluminación: Olvida las luces brillantes sacadas de la sala de espera del doctor. Opta por una iluminación tenue y cálida que te haga sentir como si estuvieras en un spa de lujo. Incorpora algunas lámparas de mesa con pantallas de tela o incluso unas cuantas velas aromáticas.

 

Accesorios: Decora con solo algunos elementos que realmente signifiquen algo para ti, como una fotografía, una planta o ese libro que siempre prometiste leer pero que solo usas como decoración. 

 

Recuerda que dormir en una cama minimalista no solo se trata de estética; ofrece beneficios significativos para el bienestar. Un entorno despejado estimula la producción de melatonina, mejorando la calidad del sueño. Además, el minimalismo reduce el estrés al eliminar el caos visual, promoviendo la claridad mental y una sensación de paz interior. 

 

Como has visto, transformar tu cama en un espacio minimalista es más fácil de lo que parece. Con unos pequeños ajustes puedes crear un espacio de paz y confort. Recuerda esto: ¡Menos es más! Con estos consejos tu cama se convertirá en el centro de atención de tu dormitorio.