A menudo, un espacio abierto o loft, se asocia con una pared de ladrillo rojo, acabados metálicos brutales, tonos negros y luz tenue, pero no tiene por que ser así

Recordemos que inicialmente un loft era una vivienda convertida a partir de un espacio de fábrica. En la década de 1930, el público más atrevido y libre: artistas, diseñadores y músicos, se acercó a los talleres de las regiones industriales que estaban vacíos por la crisis. El increíble espacio y la abundancia de luz natural permitieron a los creadores combinar sus propios talleres y galerías con un lugar para vivir. Y como los nuevos inquilinos no tenían financiación extra para la reestructuración global, se las arreglaron con lo que tenían.

Así aparecieron los famosos interiores, donde las paredes estaban toscamente revocadas o pintadas, los pisos eran de madera vieja u hormigón, las comunicaciones estaban a la vista y el ambiente era una mezcla de lo antiguo, lo nuevo y lo industrial.

Para generar ese estilo bohemio, las paredes en bruto son esenciales. Por regla general, una o dos paredes en bruto o incluso un fragmento de pared o techo son suficientes. Esta técnica permitirá que el espacio conserve su autenticidad, mientras que gracias al resto de paredes preparadas con un fino acabado para pintar, la estancia se percibirá en su conjunto cuidada y moderna.

Una mezcla de muebles con formas modernas y elementos retro ayudará a crear el contraste y la atmósfera necesarios. También son especialmente apropiados aquellos materiales que envejecerán bien con el tiempo como el cuero, la pana o los metales.

Algunos objetos, debido al diseño y color originales, pueden convertirse en elementos de interior muy útiles. Por ejemplo una simple mesa de café y una luz, o bien dos lámparas de pie diferentes.

Una lámpara de techo también en un bonito elemento en el que hay que pensar, ya que se puede crear una hermosa combinación de colores con estantes de pared y un sillón.

En cuanto al dormitorio, conviene utilizar una gran cantidad de textiles. Esto crea un espacio privado y acogedor, propicio para la relajación después de una ajetreada vida en la ciudad.

Para el mobiliario, debe prevalecer el estilo urbano jugando con el metal oscuro de las lámparas. El juego de contrastes siempre ayuda a que el diseño sea armonioso.

Puedes probar también con fragmentos toscos de las paredes y el techo, una cama ancha con un cuerpo y una cabecera suaves, una alfombra, un sillón y textiles en las ventanas contrastan inusualmente, suavizando el acabado deliberadamente crudo.