Con las sabanas tensas, las mantas bien colocadas, las almohadas mullidas y puestas en su sitio, la cama ya parece dispuesta para dormir en ella: sólo le falta, para completar su buen aspecto, el vestido que ha de llevar durante el día: es decir, la colcha que la cubre.

El uso de la colcha o cubrecama es muy antiguo. Ya se ha dicho repetidamente que, en el siglo XVIII, el dormitorio era un lugar en el que se recibían visitas, y más aún, visitas de importancia; por lo tanto, la cama era el centro de atención de los visitantes, razón por la cual se la debía cubrir y adronar de tal manera que su aspecto fuera realmente impresionante.

Así pues, las colchas se hacían de ricos tejidos, hasta con valiosos tapices, y siempre adornadas con profusión de cintas y de lazos. Por lo menos, eso es lo que se hacía en las grandes mansiones y, sobre todo, en los palacios reales de aquel entonces.

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Unos metros cuadrados de fantasía

Pero olvidemos ahora el pasado, olvidemos ese antiguo esplendor que ya nunca volverá y fijémonos en las cosas más sencillas. La estrechez de los apartamentos actuales no deja mucho espacio para ciertas exuberancias sobre todo, cuando una cama, que ocupa alrededor de tres metros cuadrados, llena casi por completo la estancia en la que se encuentra, dejando tan sólo un estrecho paso a su alrededor. Pero no por ello hay que darse por vencido y creer que la estrechez de una habitación debe engendrar estrechez de espíritu, sino que es en estos casos cuando hay que hacer alarde
de nuestra imaginación.

La decoración en general siempre se ha de practicar como si fuera un juego, como un problema que ofreciera diversas soluciones, y el acierto está en escoger la más práctica y que mejor se amolda a nuestros propios deseos.

Es costumbre muy arraigada elegir el mismo tejido para las colchas y las cortinas; pero eso no debe considerarse nunca como una regla; incluso a veces suele resultar mucho más decorativo jugar con las combinaciones , pero, eso si, respetando en todo momento los tonos dominantes. Si las paredes de un dormitorio son de un tono neutro, es preferible escoger para la colcha un tono mas vivo, para valerse así del eficaz recurso del contraste.