El encanto de las colchas estampadas
Con las sabanas tensas, las mantas bien colocadas, las almohadas mullidas y puestas en su sitio, la cama ya parece dispuesta para dormir en ella: sólo le falta, para completar su buen aspecto, el vestido que ha de llevar durante el día: es decir, la colcha que la cubre. El uso de la colcha o cubrecama es muy antiguo. Ya se ha dicho repetidamente que, en el siglo XVIII, el dormitorio era un lugar en el que se recibían visitas, y más aún, visitas de importancia; por lo tanto, la cama era el centro de atención de los visitantes, razón por la cual se la debía cubrir y adronar de tal… Read More »